domingo, 24 de mayo de 2009

Familia, marchas y comodidad

Siendo este el último – por ahora – de mis artículos relacionados con el individualismo crónico de los venezolanos, escogí tratar dos temas, uno estructural y fundamental para el progreso de cualquier sociedad, que es el tema familiar. El otro mucho más coyuntural y reciente, relacionado con las marchas que se han llevado a cabo estos últimos años y las cuales seguirán ocurriendo.

Una de las principales razones por la cual los venezolanos somos tan individualistas se resume en una palabra: familia. Nunca voy a abogar que otros asuntos sobrepasen en importancia a la familia, pero sí hay formas de crear un equilibrio entre las necesidades de nuestros seres queridos y las necesidades de la sociedad y del Estado. Aquellos miembros familiares que mantienen económicamente a la familia, tienden a pensar que no pueden poner en peligro su fuente de ingreso (su empleo o empresa), ya que tienen que mantener a sus hijos, esposas o esposos. A pesar de que esta forma de pensar es comprensiva y lógica, no siempre es correcta o justa.

Sé que lo correcto o lo justo es relativo, ya que depende de las concepciones de cada quien. Sin embargo, existen ciertas acciones que son irrefutables. Cuando el silencio de un empleado o patrón, causa que otros cometan acciones de manera irrestricta y perjudiquen a terceros, entonces la necesidad de mantener a una familia se convierte en una escusa cobarde y sumamente nociva para los demás. La gran mayoría de mis lectores dirán que para ellos lo más importante son sus familias y sus seres queridos y si eso requiere obviar ciertas anormalidades, pues bien, que así sea. No nos damos cuenta que justificando nuestras acciones o mejor dicho, falta de acciones, lo que logramos es que se afiancen costumbres corruptas e individualistas, que terminan creando un ambiente negativo para nuestra familia, la cual intentábamos proteger en un principio.

Como lo he dicho en innumerables ocasiones las acciones menos individualistas nunca son fáciles de hacer, más bien al contrario son las más difíciles de llevar a cabo. Mi propósito no es hacer que cambien sus acciones, sólo que tomen responsabilidad por las mismas. Si se quedan callados, si obvian e ignoran delitos cometidos, por miedo a las represalias, sepan que sus acciones causan daño grave y hasta a veces irreparable y permanente. No hay como negarlo. La mejor forma para facilitar la decisión de crear un equilibrio entre familia y sociedad, es la sinceridad y la comunicación entre los miembros de una familia. Si al momento de dar inicio a una familia tu pareja conoce tu manera de pensar, tu manera de tomar decisiones, tus valores, y aun así te acepta, se te va a hacer mucho menos complicado o difícil tomar una decisión que seguramente sería mal vista en una familia en la cual no existiese comunicación suficiente o conocimiento de sus miembros.

La idea no es satisfacer requerimientos materiales de corto plazo, muchos de los cuales son dispensables, es ofrecer a nuestros hijos valores, principios, educación y herramientas que los ayuden a mediano y largo plazo. A la vez asegurar y mejorar la calidad del ambiente en donde se van a desempeñar en un futuro, es decir el Estado venezolano.

Ahora el tema de las marchas, a pesar de que las considero necesarias e importantes para dar a conocer una opinión o para rechazar y protestar medidas excluyentes, antidemocráticas y dañinas por parte del gobierno, no son las única opción que tenemos los opositores para luchar. Más importante es la organización que tanto le falta a la oposición. Me dirán que es un problema de la dirigencia política, y tienen razón, pero no exclusivamente. Estar informado de lo que ocurre en el país y nos desfavorece, es una característica indispensable para lograr consolidar la oposición, tener presente tanto nuestro derechos como nuestros deberes es fundamental para conocer el grave estado de la democracia y la sociedad venezolana y finalmente les recuerdo que sí es posible encontrarse preocupado, informado y atento a la situación del país y no desarrollar una patología mortal, ya que muchos emplean la escusa de la salud para no participar, para no leer, para no discutir, o para no luchar. Todavía no hemos entendido que la lucha no sólo es en contra del gobierno, sino en contra de la apatía, de la desidia, del oportunismo, del conformismo, del abuso, pero principalmente del individualismo que encontramos en la sociedad venezolana.

“La gota de agua horada la piedra, no por su fuerza sino por su constancia.” Publio Ovidio Nasón

Ernesto Bello